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Las frutas son buenísimas para prevenir o aliviar síntomas de todo tipo de enfermedades como el cáncer, problemas cardiovasculares, trastornos digestivos e incluso ayuda a combatir el sobrepeso.

Son el mejor refrigerio por ser en su mayoría dulces, con pocas calorías y casi nada de grasas saturadas, o grasas malas. También aportan vitaminas, antioxidantes, minerales como el calcio, fósforo o potasio y contienen mucha fibra. Y por si no fuera poco, te ayudan a permanecer con la sensación de saciedad por más tiempo y a mejorar la digestión.

Sus propiedades varían y cada una aporta a diferentes órganos, por ejemplo: 

  • La piña, el banano y la papaya previenen la retención de líquido

  • La calala, las manzanas y los cítricos ayudan positivamente a la circulación

  • La sandía y el melón refrescan el cuerpo en días calurosos

  • Los mangos, naranjas, limones y groseas refuerzan el sistema inmunológico gracias a su vitamina E y C

  • Las guayabas, pitahayas, papayas y piñas, son una excelente fuente de fibra que facilitan la digestión de la comida

Comer frutas puede sonar como una actividad muy básica, pero te enumeramos algunas curiosidades que te harán evaluar si las estás consumiendo apropiadamente:

Es mejor ingerir la fruta entera que licuarla o exprimirla: este cambio brusco de estado provoca que la fruta pierda parte de sus vitaminas, antioxidantes y la fibra, porque usualmente queda descartada en el colador o la licuadora. La fruta entera posee todos los nutrientes que necesitás para digerirla de forma lenta, saludable y que tu cuerpo absorba la cantidad óptima de nutrientes que esta ofrece.

Si querés tomar batidos ¡no hay problema! solo procurá no remover la pulpa y comer otro tipo de fruta durante el día.

Probá diferentes tipos de fruta: Evitá consumir la misma fruta en un solo día, existen varios tipos de todos los colores y tamaños así que nunca te quedarás sin opciones. Entre más variedad comás, más vitaminas y nutrientes obtendrás. Recordá que cada fruta posee diferentes propiedades que ayudan a diferentes partes del cuerpo.

El mejor momento para comer fruta es entre comidas: en ocasiones, las frutas se consumen como postre, en este momento tu cuerpo acaba de recibir mucha comida. Debido a esto, la digestión se vuelve más lenta y compleja causando que la fruta se fermente en el estómago y pierda parte de sus nutrientes. Por eso, lo más provechoso es comerlas entre comidas para que tu sistema digestivo aproveche y absorba todas las propiedades que la fruta ofrece. 

¡No pelés todas las frutas! Algunas personas acostumbran a pelar frutas que se pueden comer con cáscara, como la manzana o la uva. Al igual que el interior de la fruta, la corteza contiene altas cantidades de vitamina y gran parte de la fibra. No te olvidés de lavarlas muy bien para remover toda la suciedad e impurezas que puedan tener.

¡La fruta es lo mejor que existe! Son el refrigerio perfecto y funcionan para darte energía y llenarte de las vitaminas y minerales que necesitás. Lo recomendable es consumir diario mínimo 400g combinando frutas y verduras, esto equivale a 5 porciones. Podés comerlas como más te guste, solo recordá que los excesos son malos, por eso debés variar las frutas que consumís en el día y así fortalecer tu cuerpo de forma completa.

Fuente:

https://www.ngenespanol.com/salud/pierden-nutrientes-fruta-jugo/
https://www.who.int/dietphysicalactivity/fruit/es/


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