El autoexamen de mama es un chequeo complementario en el control mamario que toda persona debe hacerse regularmente y con mayor frecuencia al acercarse a los 40 años. 

La constancia de esta práctica te permitirá conocerte mejor y te resultará más fácil detectar posibles anomalías. Además, te tomará menos tiempo de lo que ocupás en revisar las redes sociales o mirar un capítulo de tu novela o serie favorita 😉

Si no sabés cómo, te compartimos el paso a paso: 

1. Ubicate frente a un espejo con tus manos en las caderas y cuidadosamente intentá  identificar bultos, enrojecimiento o hundimiento.  

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2. Luego, colocá los brazos detrás de la cabeza y observá si hay cambios en la piel que luzca como cáscara de naranja. 

3. Colocá el brazo de la mama que te vas a examinar detrás de la cabeza y desde la axila hasta el pezón presioná suave, pero con firmeza la mama de manera circular y lineal, verificando si hay bultos o alguna secreción.

4. Volvé a hacer el proceso en la otra mama. 

5. Por último, recostate en tu cama y repetí los pasos 2, 3 y 4. 

Ahora que sabés cómo realizarlo te recomendamos que lo hagás de 5-8 días después de tu período, ya que así evitás tener las mamas sensibles y se te facilitará el tacto. También, lo podés acompañar de un registro donde plasmés las características de tus mamas y así recordar lo que es “normal” en ellas. 

Ambos sexos, mujeres y hombres deben realizarse la autoexaminación al menos una vez al mes e ir descartando la idea errónea que el cáncer de mama solo afecta a las mujeres y por ende solo ellas tienen que examinarse. 

Si sos mujer debés estar consciente que a lo largo de tu ciclo menstrual podés presentar cambios en tu cuerpo como bultos en tus mamas que luego desaparecen. Lo que no es normal es que esas alteraciones perduren o adquieran mayor tamaño, si es así, visitá un ginecólogo/a para realizarte los exámenes correspondientes que te ayuden a descartar estos padecimientos. 

¡Tocate y cuidate! Por la salud de todos.